Uno de los principales problemas de nuestra sociedad actual es el narcomenudeo, pues de las 70 mil 274 carpetas de investigación que se registraron en 2019, al cierre del 2021 se dispararon a 82 mil 271, sin embargo, el 2022 no pinta nada bien, pues en el primer trimestre del año se realizaron 22 mil 718 denuncias relacionadas con ese ilícito.

En esta oportunidad quiero ahondar en esta problemática porque de ella se desprenden muchos otros delitos que ahuyentan las inversiones del país, pero sobre todo impactan las actividades diarias, la paz y la tranquilidad de los mexicanos.

Como todos sabemos, la inseguridad en México debe ser combatida por las autoridades del orden público, no obstante, carecemos de políticas públicas que incluyan la prevención desde el sector educativo y el de la salud.

En repetidas ocasiones lo he comentado, si la Secretaría de Salud y la de Educación funcionaran bien, los índices delictivos irían a la baja en gran proporción. Les explico: Es urgente que el Gobierno de México contemple programas de prevención para que las nuevas generaciones se mantengan alejadas del consumo de drogas a temprana edad.

En su caso, la de Salud debe invertir recursos para la creación de centros de rehabilitación, en los que se atiendan a los drogadictos, y que a través de medicamentos adecuados se les ayude a reducir y erradicar su dependencia a las diversas drogas.

No echemos al saco roto la idea de que el narcomenudeo es un problema de salud nacional grave, pues propicia la comisión de otros delitos como el robo a negocios, a casa habitación, asaltos o violencia familiar; este último, generó 210 mil 188 carpetas de investigación en el 2019, cifra que se proyectó a 253 mil 736 en 2021; en 2022 ya llevamos 56 mil 224 denuncias. En resumen, los adictos necesitan drogas y una considerable cantidad de ellos caen en delitos para poder comprarla.

Por otro lado, las bandas delincuenciales que se dedican a la venta de estupefacientes cometen homicidios dolosos en su mayoría en la vía pública, por la disputa de áreas territoriales para realizar sus actividades; en este rubro podemos advertir que la cifra más alta de los últimos años fue 34 mil 681 víctimas de homicidio en el 2019, cuando en el 2015 solamente se habían registrado 17 mil 886 cerrando el 2021 con 33 mil 315. En lo que va del primer trimestre del presente año ya suman siete mil 354 víctimas de este ilícito.

Pero las mafias dedicadas al narcomenudeo propician otros delitos como la extorsión, que pasó de ocho mil 380 víctimas en el 2020 a nueve mil 407 en 2021, delito que en los tres primeros meses del presente año ya alcanza las dos mil 412.

Cifras son muchas y podríamos hablar largo y tendido sobre ellas, pero para concluir quiero refrendar el compromiso que asumimos en la Comisión de Seguridad y Justicia de la COPARMEX Nacional, de privilegiar el diálogo y la vinculación con instancias gubernamentales, organizaciones de la Sociedad Civil y entes privados enfocados a la prevención y atención de los delitos, para que esa colaboración rinda frutos con una visión de coordinación interinstitucional a largo plazo, que bien le hace falta a nuestro país. Hasta la próxima. #OpiniónCoparmex

Presidente de la Comisión Nacional de Seguridad y Justicia de Coparmex.

Ignacio Manjarrez

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Presidente de la Comisión de Seguridad y Justicia de la Coparmex

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